Mi encuentro con la menstruación

Tenía 10 años cuando cursaba quinto de primaria y en la clase de Ciencias Naturales nos hablaron por primera vez sobre el tema, al poco tiempo mi mamá me compartió la historia de su primera menstruación y como nunca había escuchado ni visto nada al respecto a pesar de ser la mas chica de 6 hermanas. Fue pasando el tiempo y mis primas hermanas con quienes jugaba todos los días, así como la mayoría de mis compañeras del colegio ya “se habían convertido en señoritas”, esa era la denominación que nos daba cuando llegaba nuestra primera menstruación. En ese tiempo había un comercial de televisión de toallas femeninas en el que dos jovencitas se encuentran sentadas y una le pregunta a la otra:

Chica 1: “Qué crees?, ya me pasó!!”
Chica 2: “Pasarte qué?”
Chica 1: “Eso..”
Chica 2: “Eso qué?”
Chica 1: “Eso que le pasa a todas las mujeres”
Chica 2: “Y qué es eso que le pasa a todas las mujeres?”
Chica 1: (Susurra al oído de la otra) “Menstruación”
Chica 2: “Mens.. qué?”
Chica 1: “Olvídalo, todavía eres una niña”

Como si un chorro de sangre indicara que inmediatamente habías entrado de la niñez a la adolescencia o adultez.

Recuerdo que al ir pasando el tiempo y ser de las pocas que no había menstruado tuve pensamientos de miedo y ansiedad considerando la posibilidad de que nunca llegara y por lo tanto no pudiera convertirme en mamá… y para las personas mas cercanas a mi, sabrán como ese miedo de niña, casi se manifiesta en mi vida.. pero esa será otra historia que tal vez mas adelante les pueda contar.

Finalmente un par de días antes del 20 de noviembre no recuerdo si era la mañana o medio día, solo recuerdo que estaba en casa de mi abuelita (mis papás, mi hermano y yo vivíamos en su casa), me convertí en menarca. Mi memoria me falla y no sé si lo recibí con emoción, alegría, miedo o asco, lo que recuerdo es que cuando salí del baño usando mi primera toalla femenina que me dió mi mamá y me dirijo a la cocina; mi abuelita y una de mis tías me felicitan por que ya era “señorita”. Siendo yo una niña muy introvertida, en ese instante me puse roja tomate de vergüenza, me fui a encerrar al baño y duré horas ahí horrorizada porque algo tan íntimo fuera de conocimiento de todos, mi mamá me decía que saliera que no había nada de que avergonzarse y mi mejor amiga me decía por la ventana que saliera, pero yo sólo pensaba en hacerme bolita y desaparecer.

Así fue mi iniciación a la menstruación. Vergüenza:

• Por sangrar
• Porque  alguien más se enterara que estaba en “mis días”
• Por necesitar comprar yo mis toallas femeninas
• Por mancharme
• Y a fin de cuentas, por ser mujer

Todo por haber crecido en una cultura orientada al hombre y al rechazo de los procesos naturales de la mujer como lo es en nuestro país.

Es por ello que deseo propiciar una vivencia muy distinta para mis hijas creando un entorno seguro en casa, una apertura a las conversaciones de la biología femenina, dejando atrás el secretismo de los productos mal llamados de higiene femenina (otro tema mas que me gustaría abordar) como las panties menstruales, toallas reutilizables, copas, etc. Mostrándoles el sangrado libre siempre que sea posible en casa. Mis peques ya están experimentándolo conmigo y el compartir esos temas con ellas desde la inocencia, puesto que tienen 3 y 4 años… es una delicia y las invito a probarlo, cualquiera que sea la edad de sus hijas e hijos. Ya que en la medida que en nuestros hogares lo hagamos natural, estaremos creando un verdadero equilibrio entre las energías femeninas y  masculinas. que el mundo tanto necesita.

Nos gustaría que nos compartieran en el Blog ¿cómo vivieron su primera menstruación?

Nos leemos en la próxima luna carmín, que mis pequeñas demandan mi presencia en su juego libre ;)

Karina Fernández